viernes, 17 de junio de 2016

Bunbury recomienda a Trepàt.


Desde su irrupción la banda granadina ha despertado la curiosidad del gato. Seguida de cerca, pero con reservas. Lo que en un momento parecía una tormenta de buenas ideas sobre un boceto indeterminado ahora coge forma en un debut prometedor. “La fiesta oscura” es puro teatro, entre el divertimento y la tragedia, entre lo divino y lo urbano, entre el rock lacónico y el pop costumbrista. Trepàt escenifican el mundo cíclico de la “Metrópolis” con bucles hipnóticos, dan rienda suelta a la exaltación del ser humano errático y mundano en “Martirio” o directamente tiran a matar con la letra dolorosa de “Kalashnikov”. Pero sobre todo te sacan a bailar como a “Ruperto”, sin pasos definidos, sin coreografías, dando tumbos, algunos erráticos, en la oscuridad de una fiesta que se antoja trepidante.

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