Los boletos para la presentación del cantante español Enrique Bunbury y su "Mutaciones tour", se agotaron casi de inmediato, se notó en el tráfico rumbo al Auditorio Benito Juárez, el número de personas que aguardaban en las gradas, algunas, desde que abrieron el recinto este día para asegurar un lugar en el concierto, otros más "acamparon" para tener mejor visibilidad al escenario.
Conforme llegaba la hora del concierto, la aglomeración, el calor, la emoción e intensidad invadían el recinto, muchos no pudieron ni siquiera acercarse al ruedo, a apoyarse en la barda, todo estaba repleto, con bastante tiempo de antelación. Incluso se cerraron los accesos al Auditorio, por la gran cantidad de fanáticos que congregó, casi todo vestidos de negro.
Las bocinas y luces auguraban una noche emblemática, de esas que no se olvidan fácilmente, los fans de Bunbury, en su mayoría vestidos de negros, con calaveras en sus atuendos, como su ídolo, aguardaban impacientes las 20:00 horas en que fue anunciado el concierto.
Cuando finalmente llegó la hora del encuentro, Enrique Ortiz de Landázuri Izarduy, enloqueció a sus fanáticos tan sólo con aparecer, su banda, impecable, él, regio, melancólico, profesional, talentoso, se entregó desde el principio a su público tapatío que se rindió a sus pies.
Bunbury hizo suyo el ambiente del Auditorio Benito Juárez, al interpretar temas como "Infinito", "Vámonos", "Lady Blue" que fue de las más aclamadas. Bunbury y su clásico pedestal de micrófono con una calavera, hizo vibrar hasta quienes en las pantallas externas del recinto disfrutaban de su música.
"Ódiame", "Una canción triste", "Que tengas suertecita", "Extranjero", "El solitario", entre otros de su extosa trayectoria, hicieron enloquecer a los asistentes. Enrique Bunbury llenó completamente el lugar, en una noche inolvidable y con la que el cantante inicia una serie de conciertos en nuestro país, siguen Monterrey y Culiacán.
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